CUIDAR ESTÁ UNIDO A ESCUCHAR

CUIDAR ESTÁ UNIDO A ESCUCHAR

enero 4, 2018 0 Por celesteciudadpascual

Cuidar es un concepto muy amplio y tiene diferentes acepciones: autocuidado, cuidar al otro, dejarse cuidar… Si buscamos en el diccionario aparecen palabras tales como asistir, guardar, conservar..

Cuanto más profundizo en el contexto en el que sumerjo a esta palabra, más me entusiasma y más me llena de vida y de esperanza. Porque cuidar es velar por la autonomía del otro, ocuparse de él, arropar sus circunstancias y amarlo. No se puede cuidar sin amar, sin amar al otro de alguna manera (entregada, despreocupada, mucho, poco…) sin verlo en su totalidad.

Cuidar es escuchar las necesidades del otro, permanecer atenta a sus gestos, su mirada, su Estar y ofrecerme, en la medida que me sea posible, a acompañar su momento de vida. Es permanecer en ese instante ocurra lo que ocurra, tanto si me es grato como si no lo es, custodiar esa vivencia y dejarla ser, dejarla ser.

Preservar la identidad del otro y ayudarlo a Ser, escoltar su evolución aunque ello conlleve experiencias que considere erróneas, dejar de educarlo para la sociedad y escuchar su necesidad vital, la llamada de su alma al regresar y sentirme dichosa de elegirme para acompañarlo. Festejar con el otro esta preciosa vida, el milagro de coincidir para compartir.

Cuidar al otro resulta mucho más fácil que dejarse cuidar. Normalmente nos resulta más gratificante dar que recibir, por lo que es infinitamente más placentero cuidar que dejarse cuidar. Sin embargo, el hecho de que otra persona me vea en mi totalidad es un acto tan divino como humano, mostrarme al otro tal cual soy y permitir que me acepte y me quiera está ligado tanto al amor como a la humildad.

Dejarme cuidar es una entrega total al otro, mostrar mi vulnerabilidad y aún así sentirme segura; es confiar. Permitirme expresarme, bajar mi nivel de autoexigencia, empatizar conmigo misma, ser permisiva y acoger mis necesidades. Es escucharme.

El autocuidado requiere de grandes dosis de consciencia, presencia y perseverancia. Requiere escuchar mi propio latido, moverme de acuerdo a mi vibración, a aquello que me hace levantarme cada mañana, coexionarme a la pura vida. Mi autocuidado necesita que esté despierta, que vigile mis necesidades y libere mis emociones, que me guarde y me asista sin esperar algo de fuera, ofrendándome a mí para mí, regalándome.

Significa escuchar mi estómago cuando dice no, mi corazón cuando dice basta, mis manos cuando necesitan acariciar, mis ojos en tu mirada, mis párpados cuando se cierran, mi mente en el silencio, mi ritmo, mi propio sonido, mi olor… Despertar los sentidos internos para preservar los externos, florecer..

Y aún así, lo más bonito de todo ésto sigue estando en mi interior, en la respuesta a mis preguntas:
* ¿Por qué es importante para mí cuidar?
* ¿Cuál es el impulso que me hace cuidar y de dónde nace?
* ¿En qué lugar de mi escala de valores sitúo el autocuidado?

Cuidar sigue siendo escuchar…

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