EL MANANTIAL DE LA CONFIANZA

Había una vez un conde, el conde de Wertemberg, quien invitó a cenar a tres príncipes a su castillo. En la velada, cada uno de los príncipes compartió con los demás el motivo de la riqueza de sus reinos. El primero explicó la existencia de frondosos y abundantes bosques en su reino, así como una cantidad increíble de minas de gemas. El segundo expuso la copiosidad de tierras cultivables de trigo y sus maravillosos vinos. El tercero habló las innumerables victorias conseguidas por su ejército. Cuando le llegó el turno al conde, contó que en su país no existían tales riquezas, sin embargo estaba seguro de poseer un gran tesoro: que podía apoyar su cabeza en el regazo de cualquiera de los habitantes de sus tierras con la total seguridad de ser bien acogido. Los tres príncipes llegaron a la conclusión de que el conde era mucho más rico que ellos, pues podía depositar su absoluta en sus súbditos, algo que ellos no eran capaces de hacer.

Si te paras a pensar unos minutos, podrás percibir que todas nuestras relaciones (sean del índole que sean) están basadas en la confianza y te lo mostraré. Se necesita confianza para dejar a tu hij@ en una guardería o en un colegio, incluso en unos campamentos de verano; también para depositar tu dinero en el banco (de hecho es lo único que sostiene los bancos, la confianza que depositan en ellos l@s usuari@s, dejando en ellos su capital); es necesaria en una relación de pareja, en la cooperación mediante asociaciones (por ejemplo las ONG), en la comunidad de vecinos (y más si existe la figura del administrador de fincas), en la compra (cuando confiamos en que estamos comprando un buen género) e incluso en los telediarios (cuando confiamos en que todo lo que nos cuentan es cierto). Existen miles de ejemplos más, tantos como situaciones vives en tu día a día, sólo tienes que pararte a pensar un poco. Nuestra sociedad está basada en la confianza.

Tal y como apunta el filósofo español Eugenio Trías, “confiar es creer y creer es dar crédito a una afirmación” Confiar es creer ¡qué bonito! Yo también lo siento así. Para mí, es afianzar una hipótesis que se tiene en el presente, sobre una conducta del futuro y que atañe en el comportamiento de otra u otras personas. ¿Te das cuenta? Es un precioso manantial de amor, de esperanza, de conjeturas positivas, de estimar la acción del otro; es sentirme totalmente segura en las palabras del otro…

La confianza es un camino que se inicia desde que somos pequeñ@s y continúa durante toda la vida. Por ello es básico ofrecer seguridad y llenar de franqueza la cotidianidad de nuestr@s hij@s, para poder construir una sociedad con una autoestima más alta, con valores, sin miedo a los compromisos, serena y con entereza.

Para confiar en l@s demás, es importante confiar en un@ mism@ porque sólo podemos dar a l@s demás lo que existe dentro de nosotr@s. Si no creo en mí, difícilmente podré creer en tí; para ello es necesario valorarnos, reconocer nuestros propios éxitos (por pequeños que nos parezcan); cumplir con nuestra palabra (que tus hechos indiquen tu diálogo), es decir, ser coherente y especialmente actuar con honradez.

La senda de la confianza es un camino que te llevará por un torrente de sensaciones y emociones súper excitantes. Es un buen antídoto contra el miedo o la insatisfacción. Nos ayuda a llevar nuestros proyectos adelante, a saber perdonar, a reencontrarnos con la ilusión y la magia de la vida, a crear nuevas rutas que experimentar.

Muchas veces me han dicho que soy una ingenua porque soy confiada (ésta es la opinión de algunas personas) y tal vez tengan razón; pero yo hace tiempo que ya no deseo tener razón, cambié la razón por el corazón. Prefiero creer en tí, en tu palabra, aunque me estés mintiendo, prefiero ayudarte a cumplir tus compromisos, prefiero mirarme en unos ojos donde poder bucear en la aguas transparentes de la tranquilidad. En realidad, cuando creo en tí, lo que estoy haciendo es abrir una puerta a la esperanza, a mis sueños, a mi propio vuelo…

Yo creo en tí, ¿puedes tu creer en tí? Dando pequeños pasos conseguiremos que nuestra vida sea un MANANTIAL DE CONFIANZA.

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