EL MIEDO AZUL
El miedo es una de las emociones básicas, junto con la tristeza, la rabia, el asco o la alegría. En la película de animación de Pixar, Del revés (Inside out) se aborda muy bien cada una de ellas, su importancia y su necesidad .
Necesitamos de cada una de nuestra emociones, ellas cuidan de nosotr@s. Son experiencias neuro-psico-fisiológicas que nos llevan a la acción para situarnos en el entorno. Nos ayudan a ser conscientes de lo que está ocurriendo tanto dentro (en nuestro interior) como fuera (en nuestro hábitat).
“Solamente reconociendo tus emociones es cómo puedes ser consciente, en cuanto organismo biológico, tanto de lo que debes enfrentar en tu entorno, como de las oportunidades concretas que se presentan en cada momento.” F.Perls, Hefferline y Goodman, creadores de la Terapia Gestalt.
En esta ocasión hablaremos del miedo y dejaremos para otro artículo las demás emociones.
El miedo es una emoción que se vive en el presente cuando el cerebro recibe una orden de que existe un peligro físico; si estamos al borde de un precipicio o si vamos a comer algo en mal estado o si nos adentramos en el mar sin saber nadar… Pero también aparece el miedo cuando dejamos de vivir el momento presente y comenzamos a visualizar situaciones futuras o pasadas que nada tienen que ver con la realidad que estamos contemplando.
Vivir con miedo es algo a lo que ya estamos muy acostumbrad@s, de hecho está considerado como algo normal. Normal quiere decir que es general o mayoritario o que es u ocurre siempre o habitualmente, por lo que no produce extrañeza. Estamos habitando un mundo de miedo ¿Conoces a alguien que no tenga miedo, que en su día a día no tenga “problemas” o “preocupaciones” que deje de actuar o de vivir determinadas situaciones por miedo?
El miedo es una emoción que, sin darnos cuenta, se ha constituido como una acción cotidiana en nuestra vida diaria. Existe el miedo en las noticias, el miedo en los medios de comunicación, en las conversaciones trascendentales, en las notas de nuestr@s hij@s, en las canas y arrugas que me están saliendo o en el hecho de no permitirnos cambiar de creencias o de realizar preguntas de auto-indagación.
Ocurre algo tres o más veces al día, de lo que somos partícipes, pero no conscientes: Los telediarios están llenos de sensacionalismo o de miedo y estamos viendo o escuchando esas noticias en las horas de las comidas; por lo tanto ¿de qué crees que nos estamos alimentando? Si todavía no lo has descubierto, te lo diré: DE MIEDO. Este estado forma parte del interés de una ingeniería social a la que le interesa que vivamos bajo la presión del miedo. Una persona que tiene miedo no piensa, sólo actúa y actúa de forma automática, por lo tanto, no hay lugar al cambio; es más, el cambio está mal visto.
Tener miedo es una situación a la que la sociedad nos ha llevado, pero recuerda que la sociedad no es un ente abstracto, la sociedad también está compuesta por tí y por mí, por lo tanto no debemos olvidar nuestra parte de responsabilidad (si terminas de leer el artículo te diré qué podemos hacer para salirnos del miedo).
El miedo es un estado de desconexión de la existencia.
Si lees alguna vez a Osho, podrás descubrir que él describía el miedo como un estado de desconexión de la existencia. El creía (y yo también) que, el miedo es la sensación contraria al amor, por lo tanto, en una vibración amorosa, no cabe el miedo, no tiene lugar ni espacio. Cuando el amor lo ocupa todo, no hay sitio para el miedo. Piénsalo unos segundos. Si estás enamorad@, no existe el miedo dentro de tí, tan sólo hay amor, no cabe la crítica, la desesperanza, la tristeza… sólo hay amor ¿te das cuenta? ¡Sólo amor! Si la Energía es elevada y perdura, no hay miedo, sólo amor… Es el amor la forma que nos mantiene conectad@s a la Vida, el miedo nos conecta a la muerte (entendiendo la muerte como la destrucción o el fin de algo/alguien).
David Testal tiene una versión tan original y diferente como él mismo es. El opina que el miedo te está señalando el camino por el que debes seguir. Aunque David lo explica mucho mejor que yo, te puedo adelantar que, según sus indagaciones, si tienes miedo a dejar un trabajo, en realidad lo que ocurre es que deseas profundamente dejar ese trabajo. O si tienes miedo a abrirle tu corazón a otra persona, sencillamente, el miedo es un indicador de tu anhelo más recóndito. David utiliza el miedo como una señal luminosa que tú mism@ te lanzas para descubrir tu Camino, como un indicador a seguir.
Podrás encontrar numerosa bibliografía sobre el miedo o cualquier otra emoción. Mi intención no es la de ampliártela más, mi intención es la de que te cuestiones, que cuestiones tus pensamientos, tus creencias, que te escuches y observes, que te conozcas, te re-encuentres y no te olvides de tí. Mi intención es la de que dejemos de ser rebaño, que actuemos con conciencia, explorando los recodos de nuestra existencia, haciéndonos más libres en nuestro caminar, por ello te propongo que dejes de ver la televisión o al menos, que dejes de verla en las horas de las comidas, que si vives sol@, escuches el silencio mientras comes, saborees los alimentos, respires y mastiques con lentitud. Si vives en compañía aliméntate también de ese precioso compartir, observa la comunicación que mantienes con la/s otra/s persona/s, el poder de las palabras, abre tu corazón y recuerda la danza de la impermanencia.
¿Qué puedo hacer ante el miedo?
Cuando veas acercarse al miedo, puedes pararte y examinar ese miedo ¿Es real ese miedo? ¿Cómo me siento cuando vivo ese miedo y cuando no lo vivo? ¿Quién dirige mi vida? Puedo seguirlo y paralizarme o puedo reflexionar y seguir caminando. La elección es mía, sentir el miedo no es una elección; el miedo, como cualquier otra emoción viene a visitarnos cuando menos lo esperamos, pero sí es nuestra elección lo que hacemos con el miedo, eso sí depende únicamente de tí.
También puedes ir cambiando poco a poco el miedo por amor. Si el miedo se apodera de tí, busca un momento para parar en seco tu actividad mental y empieza a conectarte con tu corazón para vibrar en amor. Puedes empezar recordando a un ser querido y dejarte sentir. Puedes escuchar música que te haga elevar tu vibración amorosa o puedes colocar tu mano derecha sobre el corazón y poner tu mano izquierda sobre el ombligo y respirar conectando ambas manos.
Recuerda que siempre hay algo que puedes hacer por tí, ¡SIEMPRE! Recuerda que nadie va a rescatarte del infierno si no lo haces tú. Recuerda que tú deberías ser tu primera opción. Recuerda que no es malo ni bueno vivir con miedo, que se trata de una forma de vida. Recuerda que lo importante es lo que ese miedo te hace sentir y vivir. Recuerda que estamos aquí para vivir una experiencia (sea la que sea) y que todo es perfecto.
Le puse el título a este artículo de El miedo azul, porque pienso que, tal vez, el miedo llegue a ser un día tu cielo y de la misma manera, todos tus cielos sean azules.
Ya sabes…. si me necesitas, ¡silva!
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