ABRAZOS DE LUZ
Abrazar es un acto físico, se necesita de un cuerpo para llevar a cabo un abrazo. Podemos auto-abrazarnos (yo lo hago a menudo) aunque abrazar a otra persona o ser abrazad@ por ella resulta más cautivador, por lo que hablaré de un abrazo entre dos personas.
Ya el doctor René Spitz, publicó en 1965, después de varios estudios que el 30% de l@s niñ@s recluidos en orfanatos no sobrevivían a su primer año de vida si se veían despojados de contacto y afecto contínuo, aunque estuvieran bien alimentados y recibieran excelente cuidados médicos.
Así pues, el contacto físico, las caricias, los abrazos, forman parte de nuestra higiene física, mental y emocional, de nuestro desarrollo integral, tal y como aseguran otras investigadoras como la doctora Theresa Crenshaw (autora de “La alquimia del amor y el deseo”) cuando afirma que “La falta de contacto físico es tan perjudicial para nuestra salud como la falta de vitamina C”
Cuando una persona recibe un contacto físico agradable, se libera la hormona oxitocina que, a su vez, aumenta la necesidad de mayor contacto, por ello son tan adictivos los abrazos.
Abrazar a un ser querido, supone fundir las manos con el corazón, elevar la vibración de todo tu cuerpo para conseguir que el otro se sienta acogido en su totalidad, arropado y protegido. Es importante comprender que el contacto físico es algo más que la interacción de una piel con otra. Tiene que ver con el reconocimiento de la vulnerabilidad, con la necesidad que tod@s tenemos de sentirnos querid@s, de pertenecer a un grupo, a una familia, a una pareja. Abrazar tiene que ver con entender dónde están nuestros límites físicos y con amor ir ampliándolos.
Abrazar supone abrir el corazón para hacerle en él un hueco al otro. Supone mostrarte, hacerte visible al otro, expresarle tus sentimientos hacia él/ella, compartir un momento precioso de intercambio de sensaciones y emociones, desnudarte ante el otro para enseñarle tu intimidad.
Cuando abrazamos estamos compartiendo nuestra Luz, es un intercambio radiante de chispas divinas que contagian vibraciones positivas al lugar en el que estamos y al entorno que nos acoge. Cuando abrazamos estamos haciendo de la Tierra un lugar tierno, amoroso, donde habitar en armonía.
Abrazar es cuidar y dejarme cuidar, es dar y recibir, es iluminar y ser iluminad@, es entender que el cuerpo acoge un Alma inmensa, un bello Ser de Luz, es comprender que el abrazo transciende el plano físico para expandir nuestra conciencia y ayudarnos en el camino de regreso a casa.
Abraza desde el corazón, compartiéndote, iluminándonos a tod@s con tus destellos de luz…
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Mi madre ya murió, tenia Alzheimer, con su enfermedad y con mi reacción ante su actitud cariñosa se desarrolló un tipo de relación que en sus mejores momentos nos permitió a las dos un contacto físico lleno de besos y abrazos. Ahora que ya no està noto a faltar ese contacto que trasciende mis limites. No tengo pareja, tampoco tengo hijos.
¡Qué bonita vivencia! Cuando desaparecen todas nuestras máscaras sociales, aparece nuestra verdadera esencia y sólo nos queda rendirnos al Amor que somos. Me alegro de esa preciosa experiencia y te agradezco profundamente que la hayas compartido conmigo. Desde esta pantalla te envío un dulce y amoroso abrazo. Cierra tus ojos, lleva tu mano derecha al corazón y siéntelo… TE VEO…