BOMBONES DE BONDAD

BOMBONES DE BONDAD

noviembre 3, 2019 6 Por loscielosmasazules

Guardé un artículo que se publicó en un periódico español en diciembre del 2011 y que exponía la siguiente opinión: EN el espíritu de estos tiempos subyace como principio inspirador de la concepción práctica de la conducta el que la maldad es atributo de los inteligentes y que la bondad es lastre y consuelo de los ingenuos. Una buena persona sería así alguien de quien no se tiene nada interesante que decir, mientras los que no lo son estarían bendecidos por los dones del realismo, la aventura y el reconocimiento. A diferencia del mensaje proclamado por el cristianismo y la ética oficial, los buenos no poseerán la tierra, sino que serían los malos, astutos y camaleónicos, los que se harían con ella.

Supongo que habrá personas que piensen de la misma forma que el autor de este artículo, después de ocho años; pero quiero suponer que habrá otras que no piensen de la misma forma, así que por todas ellas he decidido escribir sobre la bondad, sobre la manera en que percibo yo la bondad y sus manifestaciones.

QUÉ ES LA BONDAD

Ante todo, para mí es una de las cualidades humanas que mejor describen la esencia humana. También es un valor ( Cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es apreciada o bien considerada), una forma de estar en la vida, una escucha constante del corazón y de vibrar en la energía del Amor.

A menudo confundimos bondad con ser buena persona (aquí cada un@ de nosotr@s debería de preguntarse qué es para ella/él mism@ ser buena persona) o bondad con ignorancia o bondad con simpleza

Considero la bondad como un regalo que no tod@s poseemos. Nos ha sido obsequiado a todas y todos por igual, pero no tod@s lo hemos sabido acoger, valorar y agradecer. Dependiendo de nuestra escala de valores, ha ido ocupando un escalón jerárquico a medida que hemos ido evolucionando y de la misma forma, ha ido variando de lugar en esa escala, según la edad, los condicionamientos sociales, las creencias de cada persona o lo que hemos ido aprendiendo tanto a nivel cognitivo como emocional.

Hoy en día no está de moda la bondad. Para ser bondados@ es necesario compartir, colaborar, respetar, escuchar, hacer el bien… y la ingeniería social que mueve los patrones conductuales como colectivo, nos está llevando muy sutilmente hacia el individualismo, la competencia, el desdén por la opinión de los demás o el imponer nuestra verdad.

Crecer sin tener razón, sino bondad

A mí me enamora la bondad, ese gesto amable que se inclina hacia el fin del sufrimiento de otro ser, esa sonrisa eterna que vislumbra una quietud interior, una comprensión; esa mente despistada que ya ha encontrado el camino de vuelta al corazón… Poseer estas cualidades, en realidad me llena de esperanza, me hace sentir que estamos evolucionando como raza cósmica, que podemos crecer sin necesidad de tener razón, sino de tener bondad.

Me enamora comprobar cómo las personas, en general, están deseosas de ayudar a sus semejantes, la solidaridad entre las gentes, el cuidado al otro… Tal vez para determinados círculos sociales (como empresariales, políticos jurídicos o económicos), hablar de bondad sea sinónimo de ingenuidad e ignorancia; para mí es algo diferente. Para mí una sociedad bondadosa supone una profunda y grandiosa evolución como especie; donde poder crecer de una forma unificada y no disgregada; donde avanzar no suponga anular a otr@s; donde el éxito resulte más valioso cuanto más distribuido sea.

Parece ser una cualidad superior existente en personas evolucionadas a nivel espiritual y es curioso encontrarla en todas las religiones más conocidas. Ya explicó Maslow en su Escala de necesidades este proceso evolutivo, lo cual sigue asombrándome cada día al comprobarlo, demostrando así, que el ser humano es mucho más que sus necesidades básicas y que, una vez ha cubierto éstas, la humanidad en general, necesita seguir avanzando hasta llegar a lo que él denominó “autorrealización”

Por fortuna para mí, existen ya un sin fin de profesionales de la neurociencia como Richard Davidson, que afirman “la base de un cerebro sano es la bondad” o filósofos como José Antonio Marina que reconocen la bondad como “la mayor creación de la inteligencia”

Así mismo, es importante reconocer también la importancia de la ejemplaridad y de crear el hábito en nuestra sociedad. De una forma u otra, tod@s conocemos lo que es la bondad, pero es necesario reconocerla en los hábitos cotidianos de personas influyentes en nuestra sociedad para que los grupos de población más influenciables tengan modelos claros cuyo comportamiento les impulse a ampliar su conciencia y desarrollar valores más elevados.

La bondad se incrementa con el hábito

Es necesario rodearnos de personas bondadosas cuyos ejemplos constructivos promuevan las aptitudes humanas en nuestro entorno. También ser ejemplo con nuestras acciones, pensamientos y discursos. Así volveremos a creer en nuestros potenciales, fomentaremos la autoestima, confiaremos y podremos abrir de nuevo nuestro corazón confiando en que no va a ser dañado.

Esas personas existen a nuestro alrededor de una forma anónima. Quizás sean maestr@s de escuela, vecin@s de escalera, compañer@s de trabajo o padres y madres que con su ejemplo y su amor, están creando un entorno más saludable y armonioso. A tod@s ell@s ¡GRACIAS!

Cada vez que regales un bombón imagínalo relleno de bondad…

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