ROTA TAMBIEN SE PUEDE CAMINAR

ROTA TAMBIEN SE PUEDE CAMINAR

febrero 7, 2021 0 Por loscielosmasazules

Hemos creído que solamente podemos vivir felices y que ese es el estado perfecto. Quizás nos hemos olvidado de que existen muchas emociones que andan rondándonos sin cesar y que se van instalando en nuestra mente y después en nuestro sentir. Las emociones no se pueden elegir, pero sí que podemos elegir qué hacer con ellas. Usarlas como excusa para derrotarnos y tirar la toalla o utilizarlas como trampolín. Todo depende de nuestra actitud y de nuestra elección.
Podemos permitirnos sentirnos tristes, abatid@s e incluso derrotad@s durante un tiempo (el cual te aconsejo que no alargues mucho) sin embargo, debemos recordarnos nuestro propósito, nuestra decisión de vivir esta experiencia humana, tal cual se nos presenta, sin quejas, amándola y agradeciéndola tal cual es. Podemos sentir todas esas emociones que nos hacen bajar la vibración, sin olvidar que también podemos seguir caminando, creando, viviendo con las alas rotas.
Nos repiten que el dolor no es bueno y que debemos deshacernos de él. Nos invitan a anestesiar el dolor venga de donde venga. Existen en el mercado diferentes anestesias, tanto par el dolor físico como para el dolor emocional y tienen mucho éxito, puesto que la mayoría prefieren no vivir el dolor, sino huir de él.
Todas nuestras elecciones nos derivan a ciertas responsabilidades. No somos culpables, pero sí somos responsables de todos nuestros actos, de los que elegimos cada un@ de nosotr@s. Tanto si nos ofrecen éxitos como si nos envuelven en fracasos o arrepentimiento, por lo que debemos sostener esa decisión y sus consecuencias. Así se gana en autoestima, en soberanía personal, en auto-reconocimiento. Sí, lo he decidido yo, lo he elegido yo y asumo todas las consecuencias.
Que no te pare la duda o el miedo a una decisión pensando en que te va a doler. Seamos valientes y creamos en nuestra propia capacidad de sostenernos, de cuidarnos, sin necesidad de que alguien de fuera lo haga por nosotr@s. Asumo mi responsabilidad de la misma manera que asumo mi alegría o mi dolor porque puedo seguir caminando con dolor también, porque el dolor forma parte de la vida y ya no quiero vivir más anestesiad@. A través del dolor también se puede crear, también se puede generar amor, también se puede conquistar la paz.


El acto de elegir es, en sí mismo, un acto de valentía; puesto que se requiere valor para dejar de controlar y de tenerlo todo bajo control, se requiere confianza, descubrimiento, deseo de aventura, creatividad para soltar esos miedos que nos impiden ver más allá de nuestros límites. De hecho, soltar el control es decir adiós a alguno de tus miedos.
Cuando te rompes, por cualquier motivo, cambia tu forma de amar. Te vuelves consciente de que mientras amas, también estás cuidando, así que te entregas de una forma cálida, tierna y dulce al amor. La tristeza une, también lo hace la herida, aunque no sea la misma. ¿Por qué no he de sentir ese dolor punzante en el pecho que no se calma con nada, que parece un pozo sin fondo, que es de color oscuro, que se estrecha y se alarga un poco más cada vez? ¿Por qué callarlo o taparlo, cuando lo que necesita es salir, expresarse, ser reconocido? ¿Por qué he de vivir como si no pasara nada, como si todo fuera bien, colocando una máscara encima de la que ya tenía? No busques que alguien te entienda, entiéndete tú ¿puedes hacerlo? entonces, no busques que alguien lo haga. No siempre nos entendemos, no siempre sabemos el porqué de lo que me ocurre o cómo he llegado hasta aquí, así que no seas tan cruel de pedírselo al otro. Eso forma parte de tu autonomía, de tu propia libertad. De nuevo, es tu responsabilidad.
Vivir ese tiempo de dolor, es para mí un reencuentro conmigo misma. Es atender mis necesidades, permitirme no estar para todo el mundo, porque me necesito yo en primer lugar; es levantarme de la cama a la hora de comer para no comer y hacer nada salvo llorar; es gritar o silenciarme sin necesidad de tener un motivo; es mirarme al espejo para no gustarme y reconocerme también en esa otra yo.
Se puede caminar con las alas rotas, sabiendo que todo es impermanente, que todo gira, que todo cambia. El tiempo de las alas rotas es el que nos hace recuperarnos para que, cuando llegue el tiempo del vuelo, podamos surcar miles de cielos, teniendo la certeza de que todos serán azules, aunque a veces se encuentren cubiertos. El tiempo en el que no podemos volar, deberíamos vivirlo con el mismo amor que cuando estamos en el cielo. Deberíamos utilizarlo para cuidarnos, respetar nuestro ritmo, disfrutar de la soledad, sentir el refugio de nuestros propios brazos, abrir el regalo que nos ofrece la caída, para llenarnos de nosotr@s mism@s e inspirarnos hacia nuevos retos, para seguir soñando..

No te quedes donde te duele, aunque creas o te digan que todo será diferente. No te quedes donde no seas cuidad@, donde no te miren con amor. No te quedes donde te traiciones, donde ya no huelas el sol. No te quedes donde no escuches tu propia voz, donde te cueste despertar por las mañanas, donde no haya calor de hogar. No te quedes ahí, haciéndote daño, traicionándote, envenenándote lentamente. Sal de ahí, con tus alas rotas, con el alma llena de nuevos horizontes por alcanzar. Cuida de tí y cuando llegue tu tiempo, alza el vuelo y ¡VIVE! Todo está por crear..

No permitas que el dolor te niegue un nuevo amor, un nuevo objetivo, un nuevo descubrimiento. No permitas que el dolor se transforme en odio, en rencor o en miedo. Vive tu duelo, el tiempo que necesites, cura tus alas y cuando estés dispuest@, lánzate a volar como si fuera la primera vez, descubriendo cada alborada, cada impulso, cada atardecer. No permitas que el dolor te nuble, transfórmalo en luz. Utilízalo como inspiración, como herramienta de proximidad a tus semejantes, como nexo que favorezca tu empatía, tu seguridad emocional o tu compasión. Aprovéchate de tu rotura, porque de ella saldrás distint@. Sólo de ti depende que salgas empoderad@ o no. Utilízala como un descubrimiento de tí, de tu sombra, de tu luz, del despertar interno, de sabiduría.
Rot@ también se puede caminar, quizás te cueste más volar, pero créeme, después de una rotura aprenderás a volar más alto, más libre, llen@ de amor hacia tí y especialmente, con la mirada puesta en celebrar la vida.

 

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